Los empresarios «Baby Boomers» quieren jubilarse en El Economista

Elías Martínez, socio de IMAP Albia Capital escribe para Eleconomista en Abril de 2022 la siguiente tribuna acerca del reto de la sucesión empresarial de aquellos empresarios que pusieron en marcha su negocio hace 40 años.

«El proceso de decisión es complejo y lleva una gran carga emocional, por eso mismo es necesario afrontarlo de forma ordenada. De él se ha de derivar la dirección a seguir bien con continuidad familiar, bien con la búsqueda de una continuidad mediante la venta de la empresa»

LOS EMPRESARIOS “BABY BOOMERS” QUIEREN JUBILARSE

Una generación de empresarios provenientes del llamado Baby Boom, está inmerso o va a encontrarse en los próximos años con el reto de la continuidad empresarial. Hace más de 40 años se hicieron cargo de los negocios de su familia en un proceso natural de sucesión empresarial o bien pusieron en marcha sus ideas empresariales con una clara vocación de emprendimiento industrial. Durante muchos años han contribuido a la creación de riqueza y empleo, superando infinidad de dificultades y sucesivas crisis, habiendo sido capaces de adaptarse a los cambios en los conceptos de gestión y en la estrategia de las compañías.

Por razones vitales y de edad ahora se enfrentan a una decisión de enorme trascendencia personal, profesional y económica que es la de qué hacer con la empresa ahora que ha llegado el momento de retirarse de la primera línea, ceder el liderazgo y dejar paso a las siguientes generaciones.

En un reciente estudio del Foro de la Empresa Familiar de las Cámaras Vascas, se analizan los retos de las empresas familiares en un contexto comparativo con Europa. En él se considera que los grandes retos a los que se están enfrentado son fundamentalmente dos:

*La transición y relevo generacional a nivel de empresa, familia y propiedad.

*La definición de un modelo de negocio acorde al tamaño de la actividad empresarial.

El informe viene a reflejar una realidad que se está agravando como consecuencia de la situación económica, la incertidumbre que se ha instalado en la gestión y la falta de vocaciones empresariales de las siguientes generaciones.

En este entorno la reflexión de los propietarios/gestores de las empresas a la hora de plantearse  “Qué hacer con la empresa”, tiene un doble enfoque: el empresarial y el personal .

*Respecto a la reflexión empresarial se trata de visualizar la posición competitiva de la empresa, los retos a asumir, así como los esfuerzos de gestión, financieros, etc que conllevan, los riesgos y las capacidades para poder asumirlos en tiempo y forma.

*En cuanto a la reflexión íntima y personal, hay que buscar la respuesta de si tenemos la voluntad/motivación para llevarlo adelante bien uno mismo o los sucesores. ¿Es lo que nuestros herederos quieren o están capacitados para llevar a cabo?.

El proceso de decisión es complejo y lleva una gran carga emocional, por eso mismo es necesario afrontarlo de forma ordenada. De él se ha de derivar la dirección a seguir bien con continuidad familiar, bien con la búsqueda de una continuidad mediante la venta de la empresa.

Las alternativas de la venta son diferentes y los compradores pueden ser industriales, financieros y por qué no, los directivos o los propios trabajadores.

La decisión de quien puede ser el comprador y qué tipo de operación es la deseada, conlleva una valoración de alternativas que están influenciadas en muchos casos con la vinculaciones del fundador con sus colaboradores/trabajadores, con clientes, proveedores, entorno, etc..

El Inversor Financiero, basa sus parámetros de decisión en criterios básicamente de índole financiera y en la rentabilidad esperada de la inversión en base a las posibilidades de crecimiento/rentabilidad de la empresa. No son gestores operativos de las compañías por lo que en sus procesos de decisión valoran las capacidades de gestión de la empresa y sus equipos.

La mayoría de los Fondos de Capital Riesgo (hoy Capital Privado) son generalistas, aunque también los hay especializados. La mayor parte de ellos adquieren mayorías significativas del capital, si bien consideran invertir en minoría con condiciones o acuerdos de socios específicos.

En los últimos años han surgido una tipología de inversores, los Search Funds, que son muy adecuados a las situaciones en la que al adquirir la propiedad se ha de asumir la dirección/ liderazgo de la compañía.

Hay una gama muy extensa de opciones entre los inversores financieros, por lo que toma mucha relevancia para el éxito hacer una selección de quienes son los potenciales candidatos adecuados a la situación/dimensión de la empresa. Contar con un socio financiero es una buena opción para relanzar la compañía, compartiendo un proyecto y prepararla para una venta posterior.

Existen además alternativas de venta como son la salida a mercados cotizados especializados en empresas de baja capitalización (BME Growth, Euronext, etc) que pueden tienen unos requerimientos específicos y exigen una planificación previa.

En la alternativa del Inversor industrial priman los criterios referentes a las capacidades industriales, mercados, tecnologías, equipos humanos etc obviamente teniendo en cuenta los aspectos de rentabilidad y situación financiera de la empresa. Las capacidades de gestión y el proyecto futuro de la empresa son aspectos que el potencial comprador va a asumir generalmente como responsabilidad propia.

Identificar el comprador adecuado, conocer su estrategia y cuáles son los factores de su interés por una adquisición, son las claves del éxito. En un mundo abierto el comprador industrial puede estar en cualquier lugar por lo que es fundamental mantener una visión global siempre teniendo en cuenta las propias limitaciones/oportunidades derivadas de la dimensión, mercados y tecnología utilizadas.

Como conclusión, el proceso para dar continuidad a la propiedad y a la gestión de una generación de empresarios está en marcha y de su adecuada resolución va a depender el futuro de no pocas empresas. Planificarlo adecuadamente, no esperar indefinidamente, hacer la reflexión sobre el camino a seguir con realismo y convicción (sin autoengaños), son las bases para resolver el reto de la sucesión.

Intercambiar visiones y experiencias con otros empresarios que han pasado por el proceso, solicitar ayuda y contar con la colaboración de expertos es otra de las recomendaciones para tomar la decisión sobre resolver el reto de “Qué hacer con mi empresa”, lo que permitirá afrontar una nueva etapa vital con la tranquilidad del deber cumplido.

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