¿Quieres Competir? Necesitas Ganar Dimensión

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Pablo Gómez, Analista Senior

Nuestras PYMEs cuentan con índices de productividad , internacionalización e I+D+I, sensiblemente inferiores a los de las economías de nuestro entorno.  Si queremos disponer de un tejido industrial sostenible a largo plazo , necesitamos empresas de mayor dimensión con la capacidad de inversión y desarrollo suficiente para mejorar estos tres parámetros.

Recurrentemente se escriben artículos, ponencias u opiniones acerca de la necesidad de la PYME de ganar dimensión para poder competir en una economía globalizada como la actual.

De forma conceptual toda empresa comprende esta necesidad, pero no es menos cierto que muchas empresas / empresarios piensan “yo estoy bien posicionado”, “la dimensión es necesaria para todas las PYMEs menos para la mía”, puesto que no perciben el riesgo que esta falta de dimensión supone para su empresa a medio plazo.

Quizá hoy la PYME sea capaz de competir pero su capacidad para adaptarse a los cambios del entorno, de la tecnología, del escenario competitivo es muy limitada y aquél que no sea capaz de adaptarse irá perdiendo posiciones hasta su desaparición.

Sin embargo, hay una serie de parámetros objetivos que demuestran que nuestro tejido industrial mantiene un posicionamiento manifiestamente mejorable en elementos que resultan fundamentales para su supervivencia a futuro, y con el 99,3% del tejido productivo de la economía del país  constituido por pequeñas y medianas empresas (PYMEs), resulta indispensable acometer acciones para mejorar el mencionado posicionamiento.

La dimensión empresarial es uno de los principales factores de competitividad de una economía ya que permite el acceso a fuentes de financiación, facilita la internacionalización, impulsa la inversión en i+D+I y crea empleo de mayor valor añadido.

Como constatación del impacto que produce esa falta de dimensión en nuestro tejido industrial analizamos la situación de las PYMEs en comparación con otras economías desarrolladas en tres aspectos básicos para la competitividad: (i) Productividad, (ii) Internacionalización y (iii) Inversión en i+D+I.

1. PRODUCTIVIDAD

Como recoge el Informe “La Dimensión Empresarial Como Factor de Competitividad” para el año 2017 del Instituto de la Empresa Familiar, “las empresas de mayor tamaño tienden a presentar mejores indicadores de productividad”. Esto es así porque cuentan con mejor acceso a los mercados financieros, invierten una mayor cantidad en i+D+I, gozan de una mayor exposición al mercado internacional, etc.

Como consecuencia de la falta de dimensión de nuestras pymes, la generación de valor añadido bruto por trabajador es mucho menor que en el resto de países desarrollados. En concreto, mantenemos unos ratios de productividad entre un 20% y un 30% inferiores que en Italia, Francia o Alemania, lo que dificulta enormemente la competitividad de nuestros productos en los mercados internacionales.

2. INTERNACIONALIZACIÓN

El grado de internacionalización que una empresa puede llegar a desarrollar depende de forma directa una vez más de su tamaño. Una empresa gozará de mayores recursos  cuanto mayor sea su dimensión (recursos financieros, comerciales, ingeniería, etc.). Estos recursos le permitirán, entre otros, acometer planes de internacionalización, y es que la clave no es exportar, es estar internacionalizado. Hoy en día, en un mundo cada vez más globalizado, la presencia en el exterior es un factor clave de competitividad, tanto para ser capaz de seguir a los clientes como para tener potencial adicional de crecimiento.

Un claro indicador del nivel de internacionalización de una empresa es el porcentaje de facturación proveniente del exterior. En España, tanto en el caso de las pymes como en las grandes empresas, este porcentaje es significativamente inferior  que la media de la Unión Europea, un 45% inferior en las Pymes y un 53% inferior en las Grandes Empresas. Sin un adecuado posicionamiento internacional la vulnerabilidad de las empresas a los mercados locales es muy superior y, por tanto, su capacidad de afrontar escenarios negativos inferior.

3.INVERSIÓN EN I+D+I

Por último, si analizamos el porcentaje del PIB que se ha invertido en i+D+I en el año 2015 en los países mencionados, vemos que España ha sido el país que menos ha invertido, según datos de la OCDE.

Las empresas son más propensas a invertir en i+D+I cuanta mayor dimensión tienen. Los beneficios de estas inversiones se reflejan en la creación de nuevos e innovadores productos, la agregación de características a productos ya conocidos, etc.

En concreto, las empresas que sean capaces de dar la suficiente importancia a este factor, serán capaces de reducir sus costes, incrementar el valor añadido de su oferta y ganar competitividad a medio plazo.

Otro aspecto, difícilmente cuantificable en una estadística, es que la falta de dimensión resulta en la dificultad que tienen las empresas de menor dimensión de atraer y, posteriormente, retener talento. Y el talento, obvia decirlo, es la materia prima para el desarrollo de cualquier empresa.

En consecuencia, las PYMES están en una posición desfavorable respecto a las economías de nuestro entorno en productividad, internacionalización y en  i+D+I, lo que las sitúa, a medio plazo, en una posición competitiva delicada. Este tipo de posicionamiento obliga a mantener la competitividad a través de estrategias de costes salariales bajos que, en el corto plazo, mitigan los problemas anteriores pero, a medio plazo, resulta insuficiente y la empresa se va quedando fuera del mercado. Y todo ello con la dificultad añadida de que los profesionales más capacitados siempre elegirán proyectos en empresas más sólidas y con mayor potencial de desarrollo.

Por lo tanto, para ser capaces de mejorar estos parámetros las empresas deben disponer de recursos para invertir en su internacionalización, de fuertes departamentos de ingeniería que trabajen en el desarrollo de productos y procesos y tener la dimensión suficiente para mantener un nivel de productividad equivalente al de las empresas de nuestro entorno, atrayendo y reteniendo el talento necesario para acometer de manera exitosa estos retos. Todo ello pasa por GANAR DIMENSIÓN, asociarse, fusionarse, adquirir al vecino de forma que 1+1 sea más que dos y garanticemos a medio plazo la capacidad de adaptación y la supervivencia de la empresa.

 

 

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Pablo Gómez, Senior Analyst

Our small and medium-sized companies´ productivity, internationalisation and R&D&I rates are considerably lower than those of the economies of our environment. If we wish to have a long-term sustainable industrial fabric, then larger companies with sufficient investment and development capacity parameters are required in order to improve these three.

Time and again articles, papers or opinions are written as regards the need for the SME to grow in order to be able to compete in a globalised economy such as the present one.

Conceptually every company understands this need, but it is nonetheless true that many companies/entrepreneurs think «I am well positioned», «growth is necessary for all SMEs except for mine», given that the risk that this absence of growth entails for their company in the medium term is not perceived.

Nowadays, a SME might be able to compete, but its ability to adapt to the changes in the environment, technology and those of the competitive scenario remains very limited. Therefore, any SME which is not able to adapt (or evolve) will lose ground until its eventual disappearance.

However, there are a number of objective parameters which demonstrate that our industrial fabric positioning could clearly be improved as regards specific elements that play a vital role for its future survival. Bearing in mind that 99.3% of the production fabric of the country’s economy consists of small and medium-sized enterprises (SMEs), it is essential to undertake actions aimed at improving the aforementioned positioning.

Entrepreneurial growth is one of the key competitiveness factors of an economy, given that it enables access to sources of financing, facilitates internationalisation, drives investment in R&D&I, and creates higher value added jobs.

As a confirmation of the impact this absence of growth generates in our industrial fabric, we now proceed to analyse the situation of SMEs in comparison with other developed economies, in three basic aspects of competitiveness: (i) Productivity, (ii) Internationalisation and (iii) Investment in R&D&I.

  1. PRODUCTIVITY

As noted in the 2017 “Entrepreneurial Growth as a Factor for Competitiveness» Report by the Instituto de la Empresa Familiar (IEF, Family Enterprise Institute), «larger companies tend to have better productivity indicators». This is due to the fact that they secure better access to financial markets, invest more in R&D&I and possess an increased exposure to international markets, etc.

Due to our SMEs absence of growth, the generation of gross added value per worker is much lower than in other developed countries.  In particular, we maintain productivity ratios between 20% and 30% lower than in Italy, France or Germany, which greatly hinders the competitiveness of our products in international markets.

2.INTERNATIONALISATION

The degree of internationalisation that a company may eventually develop depends once again directly on its size. A company will possess considerable resources the greater its growth and size (financial, commercial, engineering, etc.). These resources will enable, inter alia, the undertaking of internationalisation plans; for the key is not to export, but to be internationalised. Nowadays, in an increasingly globalised world, a presence abroad is a key factor for competitiveness, both to be able to follow customers and to have additional growth potential.

A clear indicator of the degree of internationalisation of a company is the turnover percentage from abroad. In Spain, both for SMEs as well as for larger companies, this percentage is significantly lower than the European Union average, 45% lower in SMEs and 53% lower in larger companies. Without an adequate international positioning, the vulnerability of companies to local markets is much higher and, therefore, their capacity to deal with negative scenarios is inferior.

3.INVESTMENT IN R&D&I

Finally, if the GDP percentage which has been invested in R&D&I were to be analysed in 2015 in the aforementioned countries, it can be seen that Spain has been the country with the lowest investment levels, according to data from the OECD.

Companies are more likely to invest in R&D&I the greater their growth and size. The profits on these investments are reflected in the creation of new and innovative products, the addition of characteristics to current well-known products, etc.

In particular, companies which are capable of lending sufficient importance to this factor will be able to reduce their costs, increase the added value of their offer and gain medium-term competitiveness.

Another aspect which is not easily quantifiable in a statistic is that the absence of growth results in the difficulty for smaller companies to attract and subsequently, retain talent. And talent, as is only natural, is the raw material for the development of any company.

Accordingly, SMEs are in an unfavourable position with respect to the economies of our environment as regards productivity, internationalisation and R&D&I, which places them in a delicate competitive position in the medium term. This type of positioning compels to sustain competitiveness through strategies of low labour costs which, in the short term, mitigate the preceding problems but, in the medium term, are insufficient, resulting in the company being left out of the market. And all this with the added difficulty that the most qualified professionals will always choose proposals in stronger companies and with greater potential for development.

Therefore, in order to be able to improve these parameters, companies must have the resources to invest in their internationalisation, with solid engineering departments working in the development of products and processes. They should also be of sufficient size to maintain a level of productivity equivalent to that of the companies in their environment, attracting and retaining the talent necessary to successfully undertake these challenges. All this happens through the NEED FOR GROWTH, affiliating, merging, and procuring from the neighbour, so that 1 + 1 is something more than two and warrants the medium term adaptability and survival of the company.

 

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