«La venta de mi compañía es una decisión acertada» por Elías Martínez en El Economista 21032019

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Uno de los aspectos más trascendentes en determinados momentos de la vida de los empresarios y de las empresas es dar una solución adecuada a la pregunta ¿Qué hacer con mi empresa cuando la edad o las circunstancias obligan a hacer una reflexión sobre el futuro? o ¿cómo abordar la continuidad empresarial?

Aquellos que nos dedicamos al asesoramiento en operaciones corporativas, estamos acostumbrados a trabajar con nuestros clientes en sus procesos estratégicos de crecimiento, financiación , etc, donde existe una racionalidad estratégica y empresarial que atiende al devenir de los negocios cuyo horizonte temporal es indeterminado.

Sin embargo, estamos observando que en la toma de las decisiones de gestión (crecimiento, inversiones, etc)  en escenarios de incertidumbre comienzan a entrar en consideración aspectos de índole vital y personal de los empresarios que pueden afectar notablemente al futuro de la empresa.

No es infrecuente que se produzcan divergencias entre lo que el negocio demanda y el posicionamiento personal de sus propietarios o líderes surgiendo diferentes maneras de actuar tales como:

  • Optar por mantenerse en el “área de confort”, con una gestión continuista de la empresa sin abordar los retos estratégicos, lo que puede suponer su debilitamiento ante la competencia con el riesgo que ello conlleva para su futuro.
  • Ser consciente de la situación y poner en marcha mecanismos para resolver la continuidad empresarial mediante la búsqueda de alternativas a través de un proceso corporativo, es decir, vendiendo total o parcialmente la compañía.

En el proceso de decisión de venta de la empresa, hay momentos de duda y de cierto desasosiego  por  la sensación de deslealtad hacia uno mismo o de renuncia a un proyecto vital.

Sin embargo, y siempre bajo nuestra experiencia, es una decisión de la que muy pocos se han arrepentido  viendo que su proyecto continúa con fuerza renovada y habiendo puesto en valor muchos años de esfuerzo y sacrificio.

Aprovechando este espacio que nos ofrece El Economista paso a describir una experiencia reciente de éxito entendiendo que la misma pueda servir para ayudar a quienes se encuentren ante el reto de la continuidad empresarial a tomar la decisión adecuada:

La Sociedad fue fundada a principios de los 80 por dos socios para fabricar conjuntos/subconjuntos de automoción.

Estos socios trabajaban juntos en una empresa la cual entró en crisis. Aprovechando la liquidación compraron  los activos y conjuntamente  con parte de la plantilla consiguieron convencer a algunos clientes para continuar haciendo las piezas.

En este caso, la vocación empresarial surgió de la necesidad de buscar trabajo y la oportunidad de una empresa en crisis.

Con edades entre los 35 y 40 años,  y con recursos escasos , pero con una voluntad “a prueba de bombas” arrancaron una nueva andadura.

Durante años la compañía ha crecido creando empleo , riqueza y ha conseguido una reputación en el mercado financiándose adecuadamente , repartiendo dividendos y permitiendo a los socios un entorno de vida desahogado.

Pasado un tiempo los socios se enfrentan a un dilema :

  • La exigencia de los clientes de seguir creciendo y abordar nuevos Proyectos para atender sus demandas , con lo que ello conlleva de más inversión, más personal, más dedicación …, en definitiva salir de su “espacio de confort”, con la amenaza de que si no hay acompañamiento , el cliente cambiará de proveedor.
  • Una reflexión sobre cuál es el posicionamiento como propietarios, ya que si bien la gestión está profesionalizada , los sucesores hace tiempo que descartaron su continuidad en el negocio ya que eligieron sus propios caminos profesionales, y ninguno de los socios estaba dispuesto a tomar más compromisos accionariales.

Ante esta situación y después de un período de reflexión, los socios decidieron que la venta era la opción más adecuada ya que con ello sería posible:

  • Dar continuidad a un proyecto empresarial fundado hace casi 40 años renovando visiones de negocio y aprovechando las oportunidades del mercado.
  • Asegurar el puesto de trabajo de los empleados de la compañía con una perspectiva de futuro y de desarrollo profesional en un entorno de crecimiento
  • Materializar un patrimonio forjado durante el tiempo

Con los debates correspondientes y la aprobación de cada una de las familias , se contrató a IMAP Albia Capital, como asesor experto, para la búsqueda del comprador.

Después de un laborioso proceso en el que se abordaron diferentes fases de :

  • Preparación de la documentación necesaria destacando los valores clave de la empresa
  • Selección y contacto con los candidatos (nacionales e internacionales) adecuados
  • Negociación de los términos económicos (precio) y de más condiciones de la operación

La operación se cerró con éxito y a los diez meses se vendió la compañía a un socio industrial.

El sentimiento de los vendedores una vez cerrado el proceso ha sido de satisfacción debido a que:

  • Vender ha supuesto que la empresa sale reforzada, con nuevas visiones, recursos y capacidades aprovechado su patrimonio industrial.
  • Los trabajadores han consolidado el futuro , en una empresa que va a poder ofrecer nuevas oportunidades de crecimiento personal y profesional.
  • Los socios han monetizado su esfuerzo contando además con la satisfacción de que ellos fueron los fundadores de una Empresa reconocida por su buen trabajo.

 “Ser conscientes de la propia situación y tomar la decisión a tiempo son aspectos claves a la hora de poder enfocar con éxito la problemática de la  continuidad empresarial “

 [:en]At certain times in the life of business people and of businesses themselves, one of the most far-reaching considerations is finding the right answer to the question: What should I do with my business when age or other circumstances require me to make a decision about the future? or How should I approach business continuity?

Those of us who provide consultancy services in corporate transactions are used to working with our clients in processes involving finance or strategic growth, etc., where there is a strategic and commercial rationality associated with the prospects for businesses that have an indeterminate temporal horizon.

However, when it comes to taking management decisions (growth, investment, etc.) in situations of uncertainty, we have found that business people are influenced by other aspects of a more vital or personal nature, which can have a notable effect on the future of the business.

It is not unusual for there to be a divergence between what the business needs and the personal stances taken by their owners or leaders, giving rise to different approaches such as:

  • Choosing to stay in the ‘comfort zone’, managing the business in a ‘continuity’ mind-set without facing up to the strategic challenges, which could result in a weakening of the business’s position as against the competition, with the risk to its future that this entails.
  • Being aware of the situation and putting in place mechanisms to ensure business continuity by way of looking for options through a corporate process, i.e. selling the company, in full or in part.

In the decision-making process for selling the business, there are moments of doubt and of concern arising from the feeling that one is being disloyal to oneself, or that one is giving up on the project of a lifetime.

However, and always within our experience, it is a decision that few have regretted when they see their project continuing with renewed strength, and when they are rewarded for many years of effort and sacrifice.

Taking advantage of this opportunity offered to us by El Economista, I will now describe a recent successful experience in the hope that it might help those who are currently facing the challenge of business continuity to take the right decision:

The Company was created in the early 1980s by two partners for the purpose of manufacturing automotive components.

The partners worked together at a company that went into crisis. They took advantage of the liquidation to buy up the assets, and in conjunction with part of the workforce they managed to convince some clients to continue making the parts.

In this case, the business vocation arose out of a need to find employment and the opportunity offered by a business in crisis.

Aged between 35 and 40 and with scarce resources, but with ‘bomb-proof’ determination, they set out on their new path.

For years the company has grown and has created employment and wealth. It has also gained a reputation on the market. It has been able to finance itself properly, distributed dividends and allowed the partners to live comfortable lives.

After a time, the partners faced a dilemma:

  • The demands of clients to continue growing and take on new Projects in order to meet their requirements, all of which meant more investment, more staff, more dedication, etc., or to put it another way, leaving their ‘comfort zone’, with the threat that clients would change supplier if they did not respond.
  • A reflection as to what their position as owners was, given that although the management was in professional hands, the successors had long since chosen not to continue with the business given that they had pursued their own professional careers, and none of the partners was willing to take on more shareholder commitments.

Faced with this situation and following a period of reflection, the partners decided that selling the business was the best option given that this would enable:

  • The continuity of a business project founded nearly 40 years ago, with a renewed business vision while taking advantage of the opportunities in the market.
  • Safeguarding the jobs of those employed by the company, with prospects for the future and for professional development, in a growth environment.
  • The receipt of a monetary reward built up over time.

After the corresponding debates and with the approval of each family, IMAP Albia Capital was engaged as an expert consultant to find a buyer.

There followed a laborious process in which the following stages were addressed:

  • Preparation of the necessary documents emphasizing the key strengths of the business;
  • Selection and contact with suitable candidates (both national and international); and
  • Negotiation of the economic conditions (price) and all other conditions of the transaction.

The transaction was successfully concluded and after ten months the company was sold to an industrial partner.

Following the conclusion of the process, the sellers felt overall satisfaction, because:

  • Selling meant that the business came out stronger, with renewed vision, resources, and capacity, taking advantage of its industrial resources.
  • The employees consolidated their future, at a company that will be able to offer new opportunities for personal and professional growth.
  • The partners monetized their effort, and have the satisfaction of knowing that they founded a Company that is recognized for the good work it does.

‘Being aware of one’s own situation and taking the decision at the right time are key to being able to overcome the problem of business continuity.’

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